Diario de un enófilo argentino. Degustaciones, recomendaciones e información sobre el mundo del vino y ocasionalmente del whisk(e)y

sábado, 19 de enero de 2019

Consejos útiles para tomar y guardar vino


El vino es algo hermoso, una bebida compleja, elegante y sofisticada que tiene mucho trabajo detrás. Para hacerle honores es necesario tener en cuenta algunas consideraciones a tener en cuenta... 



Comprarlo en vinotecas 

Sí, los vinos se venden en muchos lugares como supermercados, almacenes o despensas pero la mejor opción es comprarlos en un lugar especializado como una vinoteca, que no solo proveerán consejos necesarios a la hora de elegir entre la mucha variedad que hay en los estantes sino que mantendrán a los vinos fuera de luces y calor excesivo, humedad y cambios de temperatura. Y hablando de eso…

Guardar el vino en un lugar apropiado 

Hoy en día hay arquitectos y diseñadores de interiores que planifican cocinas con lugares para poner vino pero todos esos lugares, cerca de heladeras, de calores o vibraciones son realmente pésimos para el vino. El lugar para guardarlo debe ser cualquiera que lo proteja de calor o frio extremo, de influencias de luz natural o artificial directa o de lugares donde haya vibraciones o mucha humedad

Servirlo a la temperatura correcta 

Nunca se debería tomar un vino fuera de su temperatura ideal, de otra forma no se lo podría disfrutar plenamente. ¿Cuál sería esta? Algo aproximado a esto…

 - Espumoso de 6 a 8 grados
- Vinos blancos jóvenes de 7 a 10 grados
- Cosechas tardías o dulces de 8 a 12 grados
- Vinos blancos con paso por madera de 10 a 12 grados
- Vinos rosados de 10 a 12 grados
- Vinos tintos con cuerpo de 16 a 20 grados
- Vinos fortificados/generosos (oporto y similares) de 18 a 20 grados

 Este tema va de la mano con lo siguiente…

La heladera, ¿aliado o enemigo? 

En estas latitudes de grandes calores en verano la heladera puede ser un aliado muy grande para el vino y también un gran enemigo. Los blancos y espumosos pueden beberse en su mayoría (siempre hay excepciones) directamente desde la heladera, pero los tintos van a necesitar un “golpe” de frío pero no más de unos 15-20 minutos como mucho de otra forma hay que esperar que vuelva a ganar temperatura y aun así puede el frío ir en detrimento del vino tinto ya que el mismo tiende a resaltar el amargor de los taninos.

Conseguir la copa correcta 

El tema de la copa parece algo snob pero no lo es, no da lo mismo tomar un vino en una buena copa que en un simple vaso o en una copa inadecuada y es esencial para poder disfrutarlo. Las copas para espumosos pueden ser las famosas “alargadas” o también las de vino blanco, típicamente más pequeñas que las de tintos, que son algo más anchas. La explicación de esto es que el tinto necesita generalmente más oxigenación y ganar más temperatura y eso es lo que le permite una copa ancha, contra las copas más pequeñas que tienden a dejar el vino algo más cerrado y a mantener la temperatura, algo ideal para un blanco

La comida importa 

A la hora de disfrutar del todo un vino tampoco da lo mismo cualquier comida. Es lógico que cada uno coma el vino con lo que desee pero a veces para sacar lo mejor del vino es necesario emparejarlo con algo adecuado: tomar un salteño ampuloso y de mucho musculo con una picada suave o un blanco suave para un asado con cuero se puede, pero no es de lo más aconsejable. Un pescado con un blanco de buena acidez va a sacar lo mejor de ambos, igual que un asado con ciertos tintos, o en general comida grasosa con vinos con taninos altos, esos que tienden a secarte el paladar si los tomás solos, o vinos de buena acidez para limpiar el paladar al comer (por eso por ej va tan bien comer empanadas salteñas con torrontés)

Compartirlo 

El vino se puede tomar solo, pero es mejor compartido, es una regla implícita de todo esto. Siempre los grandes vinos compártanlos, y si es con alguien que sabe de vinos, muchísimo mejor


Tomarse su tiempo y disfrutarlo 

Si el vino se compró en un lugar apropiado, se mantuvo correctamente y se sirve en el cristal correcto a la temperatura correcta y con una comida con la que no desentone lo único que queda es simplemente disfrutarlo. Nada de tomarlo a las corridas o mirando el reloj, tomarse su tiempo, saborearlo, oler la copa cuando quede poco que es donde resaltan todos los sabores más claros en nariz. El buen vino y el trabajo que hay detrás de él se lo merece.

¡Saludos!
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